La sesión exploró cómo la naturaleza, el clima y las personas pueden integrarse más profundamente en la agenda global, y cómo la comunidad de la conservación puede hacer más para ayudar a cerrar la brecha entre la ambición y la implementación climáticas.
“La Presidenta de la UICN, Razan Khalifa Al Mubarak, nos reunió para un intercambio refrescante, espontáneo y honesto”, dijo S.E. Surangel Whipps Jr., Presidente de Palau. “Los participantes hablaron abiertamente sobre los desafíos y las oportunidades que se avecinan para la conservación, y sobre cómo, juntos, podemos hacer más para convertir la ambición en acción”.
El diálogo revalidó el papel esencial de la naturaleza para abordar la crisis climática, y el compromiso de la comunidad de la conservación de intensificar, mejorar la implementación y cerrar la brecha entre la ambición y la acción globales por el clima y las personas.
La discusión invitó a los participantes a colaborar en la configuración de un mensaje conciso y unificado, la Promesa de la naturaleza para el clima y las personas, que continuará evolucionando en el período previo a la COP30 en Belém, Brasil. Este mensaje tiene como objetivo representar la voz colectiva de la comunidad de la conservación y enfatizar que la naturaleza debe seguir siendo fundamental para las soluciones climáticas y para el bienestar de las personas en todas partes.
“Este diálogo refleja la esencia misma de la UICN”, dijo la Presidenta de la Unión, Razan Khalifa Al Mubarak. “Como la red ambiental más grande y diversa del mundo, la UICN reúne a gobiernos, pueblos indígenas, científicos, sociedad civil, jóvenes y empresas, uniendo todas las voces entorno a un propósito compartido de vincular las agendas climática y de la naturaleza y lograr un progreso real para las personas y el planeta”.
A lo largo del diálogo, la conservación se enmarcó como un deber sagrado, arraigado en la sabiduría indígena y vivido a través de políticas equitativas y culturalmente fundamentadas. Los ponentes enfatizaron el empoderamiento de las comunidades locales y los jóvenes, el reconocimiento del conocimiento indígena como ciencia, la integración de soluciones clima-naturaleza, la valoración de los servicios ecosistémicos y la garantía de una toma de decisiones inclusiva, todo con urgencia, acción práctica y esperanza.
Los debates también subrayaron la necesidad de cerrar la brecha financiera mundial para la naturaleza, que actualmente se estima en más de 700 mil millones de USD al año, y de alentar a empresas e instituciones financieras a invertir en los ecosistemas como activos esenciales para la estabilidad, la resiliencia y la prosperidad compartida.
“Cuando las políticas vacilan y los políticos se retrasan, las finanzas y los negocios todavía pueden liderar y convertir las promesas en protección y los compromisos en progreso”, dijo S.E. Razan Khalifa Al Mubarak.
Reflexionando sobre el intercambio del día, la Dra. Sylvia Earle, Madrina de la Naturaleza de la UICN, habló de la oportunidad única de este momento, definido por un conocimiento y una capacidad tecnológica sin precedentes y la oportunidad de actuar de manera decisiva por el planeta.
Entre otros participantes distinguidos intervinieron Achim Steiner, ex Administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el Dr. David Obura, Presidente de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), María Soledad Rojas, líder comunitaria de la ONG chilena Fundación Entorno Natural, que representa las voces de las comunidades locales, y Puyr Tembé, líder indígena y Presidente de la Federación de Pueblos Indígenas de Pará, Brasil.
En su conclusión, Razan Al Mubarak reafirmó el papel de la UICN y sus Miembros en la vinculación de las agendas climática, de biodiversidad y de desarrollo: “Juntos, podemos cumplir la promesa de la naturaleza: para el clima, para las personas y para las generaciones futuras. Dejemos que el mensaje que enviamos desde Abu Dabi viaje a Belém y más allá”.
El mensaje de la Promesa de la naturaleza para el clima y las personas se desarrollará aún más a través de consultas con los Constituyentes y socios de la UICN en los próximos meses, contribuyendo así al diálogo mundial sobre soluciones basadas en la naturaleza y a la ambición climática en la COP30.